Hoy en día existe un gran número de adultos sufriendo las consecuencias de no tener una educación financiera adecuada. Las deudas son más grandes de lo esperado, pagar los intereses e impuestos es una gran preocupación, los ahorros para la jubilación son un sueño inalcanzable, entre otros.
Si usted ha experimentado una historia similar y tiene hijos, es el momento de pensar que puede marcar una diferencia para el futuro: Usted le puede enseñar a su descendencia cómo gastar el dinero adecuadamente, cómo realizar un presupuesto, cómo ahorrar, y muchas otras actividades financieras que podrían asegurar cierta estabilidad económica en la adultez.
Los niños repiten las acciones que ven en la casa, aprenden la mayoría de sus comportamientos por imitación. Por eso, todo lo que usted desea que su hijo haga, tendrá que hacerlo usted primero; le tendrá que enseñar con el ejemplo.
La comunicación es la clave
En la mayoría de los casos, a los niños les cuesta entender los asuntos de los adultos. La comunicación es la clave para ayudar a su hijo a entender cómo funcionan los asuntos relacionados con el dinero. Hable con ellos y explíqueles qué es el dinero, lo que usted debe hacer para ganarlo y cuál es su criterio al gastarlo. En lugar de decir… “No hay dinero para comprar ese juguete”, intente… “Prefiero gastar el dinero que tengo en unas galletas para tus meriendas del colegio”, o incluso algo más atractivo para ellos: “Estoy ahorrando para comparte un bonito regalo de cumpleaños”.
Aprendiendo a ahorrar con actividades divertidas
Cuando le enseñamos a niños, es importante considerar que las explicaciones muy elaboradas no serán tan efectivas como quisiéramos. Por lo tanto, cuando trate algunos conceptos abstractos como ahorrar, será más adecuado hacer algunas actividades divertidas que ayuden al niño a entender cómo este proceso funciona realmente.
Haga un frasco para ahorrar.
Identifique junto con su hijo una meta de ahorro, etiquete el frasco (p. ej. “Ahorros para un video juego nuevo”), y colóquelo en un lugar donde su hijo lo vea todos los días. Explíquele que cada semana tendrá que poner dinero en el frasco hasta alcanzar el monto necesario.
Haga una línea de tiempo en una pizarra.
Luego de haber identificado cuál es la meta de ahorro, hable con su hijo sobre el tiempo que necesitará para ahorrar el dinero. Considere, por ejemplo, si el niño va a ahorrar el 100% de su mesada o solo una parte. Dibuje en la pizarra el número de semanas que se necesitan y haga que su hijo ponga una marca cada vez que meta dinero en la alcancía o frasco.
Sea parte de juego.
Como se dijo anteriormente, los niños aprenden por imitación. Ver que usted está haciendo la misma actividad puede ser una gran motivación. Establezca su propia meta (debería ser algo accesible como un libro o un vestido nuevo), coloque su propio frasco de ahorros al lado del de su hijo, y cada semana ahorre el dinero que necesita para alcanzar su objetivo. Además de ser una inspiración para su hijo, esta actividad también puede desarrollar el sentido de sana competencia.
Obsequie algo a su hijo por ahorrar.
Una gran motivación para continuar una actividad puede ser recibir un premio. Decirle a su hijo que cada vez que coloque dinero en el frasco usted le dará un caramelo, o decirle que solo tendrá que ahorrar el 70% del monto porque usted completará la cantidad que necesita puede ser una buena estrategia para promover el ahorro.
El momento oportuno
Para que todas estas actividades sean más efectivas, los padres deben identificar el momento oportuno para tratar el concepto de ahorro. Cuando los niños le pidan que les compre un juguete, en vez de decir “−Ahorita no podemos comprarlo−”, intente algo como “−Si lo quieres, puede ahorrar para comprarlo. Al llegar a la casa te daré una alcancía para que empieces a guardar el dinero−”. Otro momento apropiado para hacer un plan de ahorro o guiar a sus hijos en cómo gastar el dinero es cuando lo reciben como regalo durante las festividades o en sus cumpleaños.
Estas situaciones ponen a los niños en el contexto y permitirán que conceptos como el ahorro o identificar cómo gastar el dinero adecuadamente sean menos abstractos.